Es la primera vez que me enfrento a una superficie tan grande para trabajar (60x50)... pero no me acobardé, todo lo contrario, me hizo ilusión este nuevo reto.
Lo primero que hice fue tratar de "matar" el color blanco inmaculado del liezo y le dí dos capas de pintura acrílica de color crema y luego la craquelé ligeramente para romper su uniformidad (en la foto casi que no se aperecia).
A partir de ahí fue todo elegir las fotos, montarlas sobre varias cartulinas a contraste de buen gramaje para hacerlas más protagnistas e ir buscando adornos y elaborando flores caseras para completar el diseño.
Las letras del nombre de la niña las corté a mano, respetando el tamaño, envejeciendolas y montando sobre una especie de banda que dibujé a mano alzada.
Y aquí os presento el resultado... y os aseguro que a mí me ha encantado como ha quedado...
Detalles del nombre rodeado de flores caseras...